La Capilla del Santo Cristo de Rivero y San Pedro es un antiguo humilladero que ha existido en este lugar desde hace siglos. En el siglo XVII, fue transformado en una ermita, y a lo largo del tiempo ha sido objeto de diversas reparaciones, especialmente a finales del siglo XIX.
La capilla fue reedificada en la primera mitad del siglo XVII por el canónigo-cardenal Alonso Rodríguez de León, quien dejó su huella en el edificio al incorporar en su interior el escudo de la Casa de Trasona, de la que era oriundo, junto al escudo de Avilés. La presencia del escudo de armas de Avilés, frente al de los Rodríguez de León, se debe a que los bienes con los que fue dotada la capilla fueron cedidos en foro al Ayuntamiento de Avilés, con la condición de que aceptara el patronazgo fundado por el mencionado canónigo-cardenal.